Fujimori sabe que mientras más bulla y ruido haga, la ciudadanía peruana -tan católica, tan piadosa, tan hipócrita a veces- empezará a tenerle pena hasta por la pinta. Don Alberto orquestó un paquete de medios de comunicación para que evitar que la gente piense, ¿creen que no se las sabe todas en cuanto a imagen y opinión pública para calar imaginarios en las mentes? 

De aquí al 2016 no hay mucho tiempo. Nos quedan dos años y medio para que Alan García y Keiko Fujimori -dos cánceres con los que la sociedad peruana ya aceptó convivir- alejen todos sus pasivos de las conversaciones de la ciudadanía y aparezcan disfrazados como otras personas, como el político camaleón, el rey de las personalidades.

Por eso la aparición de Fujimori hace recordar en quién se transformó en los noventas: el chinito que traía tecnología, el luchador de origen japonés, el cusqueño de chullo y cercano a la gente. Fujimori sabe muy bien cómo calzarse los disfraces que lo acercan a la gente.

La foto en los medios: la ropa raída, la mirada caída, el show de la tomada de presión, los desvaríos... Si no toma su pastilla el día anterior, se le va a bajar la presión pues, Don Alberto. No sea vivo. 

Todo esto nos hace pensar que el expresidente está desesperado, que siente el 2016 encima, que ya no sabe qué hacer para que lo saquen de la cárcel . Además, él sabe muy bien que con él en la cárcel, Keiko tiene un gran centro de ataque para sus contrincantes. Don Alberto en la cárcel es la prueba viva de que el fujimorismo fue una dictadura que cometió diversos delitos -no vale la pena mencionarlos- sistemáticamente. 

El video con los gritos de ayer también es sintomático de la parafernalia fujimorista, muy fiel a su estilo, además. Quieren mostrar a Don Alberto no solo enfermo -que no les funcionó hace meses-, sino también a un hombre que ya no aguanta más, que ya 'cumplió' sus penas y levantar así la piedad de la gente. 

¿Cuándo no estuvo el chino en la agenda de los medios limeños? Fujimori es noticia. Es la noticia que él quiere ser. 

Los jóvenes vivimos la época de la post dictatura. Nuestra democracia es joven, a la justas podríamos celebrar su quinceañero. Somos una nación adolescente que tiene acné por todo el cuerpo. Gran parte se la debemos al fujimorismo.

Mientras más show haga el fujimorismo, menos se les va a creer. Ya han contaminado los medios suficiente y siguen esparciendo abono. Y los medios que compran. "Fujimori luce desaliñado y descompuesto" o "Exmandatario débil por audiencias" son titulares que se quedan en la superficie cuando el tema de fondo es cómo evitar la manipulación mediática. 

Ese es un trabajo periodístico, el juego más divertidos seguramente para Don Alberto en los noventas: poner titulares.

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